Robocrop, el primer robot recolector de frambuesas del mundo

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Los agricultores del Reino Unido suelen pagar de 1 a 2 libras esterlinas por un kilo de frambuesas recogidas por trabajadores humanos y consiguen recoger solo unas 15.000 frambuesas en un turno de ocho horas. Además, hay una escasez de trabajadores temporales en la industria de las bayas, que actualmente emplea a 29 000 trabajadores pero requerirá 2000 recolectores adicionales para 2020, ya que la demanda de bayas está aumentando. Sin embargo, las cosas van a cambiar.

Fieldwork Robotics, un spin-off de la Universidad de Plymouth, ha construido la primera cosechadora de frambuesas del mundo capaz de recoger más de 25.000 frambuesas al día. Con una altura de 1,8 metros, esta máquina autónoma con ruedas y su brazo robótico comenzó las pruebas de campo en un invernadero en la granja Hall Hunter cerca de Chichester en West Sussex.

Desarrollado en asociación con Hall Hunter, uno de los principales productores de bayas del Reino Unido, que suministra a Paddy, Marks & Spencer y Waitrose, el robot funciona con sensores y cámaras 3D. Su nerviosismo se acerca a la fruta madura y recoge una frambuesa en 10 segundos o menos. Luego la deja caer en una bandeja donde la fruta se clasifica por madurez, antes de pasar a tarrinas, listas para ser transportadas a los supermercados. La versión final del robot, que se espera que entre en producción el próximo año, tendrá cuatro agarres, todos los cuales se recogerán al mismo tiempo.

El robot es una creación del Dr. Martin Stoelen, profesor de robótica en la Universidad de Plymouth, quien pasó de la ingeniería aeroespacial a la robótica y se inspiró en la granja de sus abuelos en Noruega. Al abordar primero una de las frutas blandas más difíciles, espera modificar la tecnología para que el robot pueda usarse para recoger otras bayas, frutas y verduras.

Desde que el Reino Unido votó a favor de abandonar la UE en junio de 2016, los recolectores estacionales de Bulgaria, Rumanía y Polonia han disminuido. La escasez de mano de obra ha afectado más a los productores de bayas y manzanas, y las granjas han comenzado a cazar furtivamente a los recolectores entre sí.