
Sin duda, es cierto que los robots son más rápidos, más eficientes, más ágiles y más inteligentes que los trabajadores humanos, y solo pueden beneficiar a la humanidad. Pueden eliminar por completo muchas tareas difíciles, insalubres o peligrosas en la fabricación.
Por ejemplo, se sabe que la soldadura tiene efectos dañinos a corto y largo plazo, que van desde irritaciones de los ojos, garganta, nariz, oídos y tórax hasta infecciones pulmonares, enfermedades cardíacas y cánceres de pulmón y garganta. La automatización de la soldadura en las líneas de fabricación modernas puede reducir significativamente los problemas de salud.
Además de un entorno de trabajo mejorado y riesgos reducidos para la salud y la seguridad, la automatización brinda varias otras ventajas, que incluyen errores humanos reducidos, mejor calidad, consistencia y precisión del producto, menos defectos, mayores velocidades de producción, mejor capacidad de producción, ausencia de crisis laborales, mayor competitividad, ventas y ganancias.
Pero el tan discutido impacto de la automatización en el bienestar de los trabajadores está lejos de ser completamente positivo. Hay muchas preocupaciones planteadas por la introducción acelerada de la robótica y las tecnologías de automatización y sus efectos en el empleo, las condiciones de trabajo y el bienestar de los trabajadores. Al igual que todas las demás máquinas introducidas en el proceso de producción, los robots tienen múltiples efectos adversos en los trabajadores.
Por ejemplo, desde que se introdujeron las primeras máquinas al comienzo de la Primera Revolución Industrial, el despido de trabajadores redundantes ha sido una práctica común. Y los trabajadores despedidos por los robots corren el riesgo de ser despedidos incluso hoy.
Si bien las normas laborales estrictas y las organizaciones de trabajadores sólidas ofrecen cierta protección contra los despidos o procuran compensación por ellos, tales despidos tecnológicos y sus efectos adversos en la vida de los trabajadores parecen inevitables.
Cuando una empresa considera introducir robots, la principal preocupación no es si mejorarán el bienestar de los trabajadores; es rentabilidad. Por lo tanto, mantener a los trabajadores despedidos simplemente no tiene ningún sentido económico.
Además, es posible que los trabajadores que conservan sus trabajos junto con los robots no siempre vean mejorar sus condiciones laborales. Un periodista que trabaja encubierto en un almacén de Amazon testificó que los robots son tan rápidos que el personal, que trabaja junto con los robots en el empaque, tiene que esforzarse demasiado físicamente para alcanzar el ritmo de los robots, ya que los trabajadores a menudo tienen solo unos segundos para agarrar y procesar. un artículo
Tal presión e intensidad física y psicológica, impuesta a los trabajadores, se compensa con salarios más altos o jornadas laborales más cortas. Pero los estudios sobre los efectos de la densificación de los robots en 14 industrias en 17 países desarrollados muestran que los trabajadores de baja y mediana calificación en realidad sufrieron una reducción salarial con la introducción de los robots. Los estudios muestran que no hubo una reducción significativa en el número de horas de trabajo.
Según un informe reciente de los economistas de Oxford, hasta el 47 % del empleo total en EE. UU. corre el riesgo de ser arrebatado por la automatización. Como destaca una encuesta reciente de MIT Technology Review, no hay consenso entre tecnólogos y economistas sobre la línea de tiempo y el grado de eliminación de puestos de trabajo como resultado de la automatización.
Además, los efectos de la automatización en el empleo y las preocupaciones asociadas en las economías en desarrollo se comprenden aún menos porque su aceptación y asimilación social difieren significativamente entre las economías desarrolladas y en desarrollo.
Los expertos creen que en economías intensivas en mano de obra como Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, la mano de obra es barata y los efectos de la automatización se sentirán mucho más en la próxima década.
¿Cuáles son las soluciones?
Como era de esperar, la automatización eliminará una cantidad significativa de puestos de trabajo en los próximos años y décadas. Muchos trabajadores perderán sus trabajos debido a los robots y se enfrentarán al desempleo debido a la falta de empleo, mientras que aquellos que mantengan sus trabajos experimentarán una mayor presión física y psicológica. Proponemos algunas soluciones para abordar estos problemas.
- Elevar el nivel de educación de los trabajadores a través de programas de capacitación financiados por asociaciones públicas/privadas para que puedan desarrollar nuevos conjuntos de habilidades necesarios disponibles en todo el espectro de la fuerza laboral y asumir los puestos de trabajo de más alto nivel.
- Introducir la renta básica universal (RBU), que proporciona suficientes cantidades regulares de dinero a los ciudadanos o residentes incondicionalmente, permitiéndoles tener condiciones de vida dignas.
- Imponer impuestos sobre robots a las corporaciones y entidades que implementen robots que causen la pérdida de empleos para hacer frente al desempleo potencial creado por la automatización. Este ingreso fiscal puede compensar las dificultades económicas experimentadas por los trabajadores despedidos.
Los impuestos a los robots sin duda han recibido críticas de muchos economistas, argumentando que no existen diferencias fundamentales entre los robots y cualquier tecnología (incluido el software) que puedan causar la pérdida de puestos de trabajo. Por lo tanto, gravar a los robots equivaldrá a otro impuesto sobre el capital, al que se opondrían la mayoría de los capitalistas.
Estos son desafíos sensibles al tiempo que deben considerarse cuidadosamente porque puede haber consecuencias no deseadas, como inclinar las estructuras económicas y de poder para beneficiar indebidamente a segmentos específicos de la sociedad, lo que genera nuevas brechas y exacerba las desigualdades existentes.
En una sociedad ideal, los trabajos más repetitivos, poco saludables y poco interesantes deberían ser realizados por robots, lo que permitiría a los humanos dedicar una cantidad limitada de tiempo al trabajo normal (incluida la decisión de lo que deberían hacer los robots) y el resto del tiempo a actividades creativas. Este futuro es ciertamente posible desde un punto de vista teórico. Sin embargo, los robots tienden a ser percibidos como una amenaza en lugar de una fantástica herramienta de liberación. Con suerte, esto cambiará.